Durante el fin de semana, me paré en una fila que rodeaba la cuadra afuera del teatro, esperando junto con todos los demás para ver la nueva película de Christoper Nolan, Comienzo. La espera valió la pena. La película es entretenida, visualmente impresionante, y para alguien a quien le encanta pensar en el diseño, es una visita obligada.
Para empezar, los personajes tienen nombres como Eames y Ariana (La griega "Señora del Laberinto"). Cobb, interpretado por Leonardo DiCaprio, es un ladrón de información subconsciente que contrata a Ariadne (Ellen Page) para convertirse en una arquitecto de sueños, construyendo escaleras interminables y estructuras brutales que parecen expandirse a medida que avanzan interior. (Busque un lugar bien ubicado 2001 referencia en el tercer nivel del sueño central de la película).
La película está llena de comentarios ingeniosos sobre estilo y replicación. En una de las primeras escenas, Saito (interpretado por Ken Watanabe) se da cuenta de que está soñando cuando su cara está empujado contra la alfombra en el departamento de su amante y se da cuenta de que la pelusa verde es poliéster, no lana. En otra escena ambientada en el pasillo de un hotel, Arthur (Joseph Gordon-Levitt) se enfrenta a una proyección subconsciente en una elegante lucha antigravedad que imita algunos de los movimientos del famoso baile de Fred Aistaire en el techo en
Boda real.Varios críticos han notado que hay una falta de desarrollo de carácter satisfactorio: el Neoyorquinos David Denby llama a la película un "Proceso extenuante" y dice algunas escenas entre Cobb y su esposa muerta Mal (Marion Cotillard) "Son los únicos elementos humanos involucrados en la película". Creo que una reseña de Architizer enmarca muy bien la temperatura fría de la película: “En una película desprovista de emociones humanas, los personajes sutiles dejan que las emociones arquitectónicas se vuelvan locas. Tal vez los edificios de Inception están atracados por un Oscar o algo así ".
Me gusta 2001 o Cazarecompensas o La matriz, Comienzo se basa en gran medida en sets y pistas visuales para contar la historia y, si te gusta ese tipo de cosas, es una película atractiva. Los paisajes oníricos son brillantes, hay muchas capas para despegar, y es el tipo de película que abre espacio para cuestionar cómo y por qué diseñamos nuestros mundos, tanto internos como externos.