Seleccionamos estos productos de forma independiente; si compra en uno de nuestros enlaces, es posible que ganemos una comisión.
IRobot, la compañía detrás de Roomba, está introduciendo mejoras en su aspiradora automática para evitar que haga exactamente lo contrario de lo que debería estar haciendo. Si tienes un perro, sabes a qué me refiero. Llegas a casa del trabajo esperando pisos limpios, pero en cambio, te encuentras lo que parece una escena de asesinato con caca de perro.
Es un problema que ha estado persiguiendo (sin juego de palabras) a los propietarios de Roomba durante años, y es por eso que iRobot ha presentado un nuevo modelo, llamado j7 +, que puede reconocer y evitar tanto los cables de alimentación como la caca.
Según el cofundador y director ejecutivo de iRobot, Colin Angle, la empresa probó previamente sensores que podían detectar la presión y el olor. Cuando esos métodos no funcionaron, probaron la inteligencia artificial, que requería una biblioteca de heces fotos, tanto reales como falsas, hechas moldeando Play-Doh, para que la máquina aprenda qué caca en realidad es. Curiosamente, incluso sus empleados contribuyeron a la biblioteca, tomando fotografías de los desechos de sus mascotas desde diferentes ángulos.
El modelo j7 + resultante ahora puede ver estos obstáculos utilizando su cámara incorporada y el software de reconocimiento de imágenes. Una vez que identifica un bulto de caca, no solo lo rodeará, sino que también tomará una foto y se la enviará a través de la aplicación, básicamente diciéndote que es hora de que te unas a él en las tareas de limpieza.
La compañía confía tanto en su nueva tecnología que tiene un programa llamado Pet Owner Promesa oficial (POOP), que garantiza un reemplazo de Roomba si aún logra manchar la caca tu hogar. Angle explicó: "Sentimos que eso era una parte importante para transmitir nuestra convicción de que tenemos este bajo control".