Si bien es 100 por ciento cierto que cuidando una planta es muy diferente a cuidar a un niño, hay una responsabilidad común importante: mantener vivo un ser vivo que respire. Y si bien su hijo puede informarle (una y otra vez) cuando ha hecho algo mal, una planta es diferente. Es silencioso, incapaz de recordarte verbalmente cómo olvidé regar durante dos semanas seguidas, dejando solo pistas visuales que son como decodificar un rompecabezas.
Pero en realidad, cada planta madre ha cometido una buena cantidad de errores. Para confirmar esto, realizamos una llamada en Instagram para confesiones de padres de plantas. Vea a continuación algunas respuestas que son tan fáciles de relacionar que harán temblar sus hojas.
“Mi ficus se alimenta de cerveza, café y cualquier otra cosa que esté en mi mostrador, ¡y le encanta! 🤷♀️”
—@brittanyhicks_ a través de Instagram