Al crecer en Miami, la madre de mi amiga tenía un sofá en la sala de estar que era solo para mirar. Nunca por sentarte. Estaba embalsamado en una funda de plástico para evitar que se derrumbara con un derrame, algo que habría asestado un golpe mortal a su utilidad principal.
No creo que una casa funcione de esa manera. Los sofás deben estar sentados. Y las mesas del comedor, en caso de que tenga la suerte de tener espacio para una adecuada o no, deben sentarse. Cada noche. Y dos veces los fines de semana.
El secreto para ser uno de esos hogares que come en su mesa es simple: esté atento. Establezca un conjunto de reglas que eviten que esas enredaderas de desorden del comedor, como pilas de papel y proyectos, se hagan cargo.
Si puede migrar las actividades no esenciales de su comedor a otro lugar, la regla número uno debería ser "No en la mesa". Pero a veces los proyectos de colorear y manualidades hacer Necesito su espacio. Para regular mejor el tiempo compartido en la mesa, mental y verbalmente ponga su comedor en un horario. Piense para sí mismo o diga en voz alta a sus compañeros de casa: "Ok, comenzaremos el rompecabezas justo después del almuerzo, pero hay que limpiarlo para la cena".
Para cosas que no se pueden recoger entre comidas, como un rompecabezas especialmente difícil o un proyecto de manualidades que debe dejarse secar durante horas, intente este truco: antes de sumergirse y extenderse sobre la mesa, consiga una estera grande y resistente y colóquela primero. Cuando llega la hora de la cena, puede levantar y llevar todo el proyecto al suelo o la cama durante un rato mientras disfruta de una comida sin desorden.
El mayor enemigo de un comedor limpio es el desorden diario que tiende a acumularse allí. Cuando su mesa es el corazón de su hogar, todo gravita allí: libros, montones de papel, carteras y artilugios. La mejor manera de luchar contra esta bestia es simple: todas las noches antes de la cena, arroje todo en una canasta y guárdelo en los bordes de la habitación. Más tarde esa noche, puedes guardar esas cosas. O no. Deje que la canasta sea un sustituto permanente de la mesa y recolecte las cosas que le gusta mantener cerca.