Incluso cuando era niño, era una de las personas más frugales que podrías conocer. Es cierto que la mayor parte se debió a la lucha de mis padres: me prometí que sería muy responsable cuando creciera para no tener que preocuparme por tener suficiente dinero en el futuro. Pensé en las cuentas de ahorro y las tarjetas de crédito incluso antes de comenzar la escuela secundaria. Y mientras tengo mi propio dinero para gastar, me he culpado por casi cada compra.
Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que, aunque sí, tener un presupuesto y ahorrar dinero es importante, sentir ansiedad cada vez que gasta dinero no es saludable. E incluso sabiendo eso, todavía siento punzadas de culpa y estrés cuando ordeno comida para llevar en lugar de cocinar o comprar un par de zapatos nuevos. Pero estoy trabajando en eso, y también sé que no estoy solo.
Si tú también sientes la culpa o ansiedad constante del gastador en el fondo de tu mente cada vez que haces una compra, hay algo importante que debes recordar: lo que estás destrozando ¿terminado? Para eso es el dinero.
Utiliza dinero a cambio de bienes y servicios. Sé que no tengo que decirte eso, ya sabes cómo funciona el dinero, pero a veces es útil dar un paso atrás y verlo en términos de su definición, sin todo el peso emocional que conlleva. La mayor parte del dinero que gana se destina a sus necesidades: comida, agua, vivienda, ahorro para el futuro, etc., y eso es importante, pero también está bien gastar el dinero que te sobra si quieres, cómo usted quiere. Y eso puede significar cualquier cosa, desde darse un capricho a una cena especial o comprar un nuevo suéter, hasta planear las vacaciones de sus sueños o donar a organizaciones benéficas. Independientemente de cómo desee utilizar su dinero, debería poder hacerlo sin sentirse mal.
Es normal preocuparse por el dinero y el futuro, pero también es normal usar el dinero que tiene para disfrutar su vida también. Es bueno ser reflexivo sobre cómo gasta su dinero, y honestamente, es una actitud útil tener y uno al que debe aferrarse, pero no es necesario que se sienta mal por cada compra que realice. No tiene que tirar completamente la precaución al viento con su billetera, pero trate de divertirse y disfrutar de las experiencias y las cosas que desea, a veces se trata solo de autocuidado.
Al final del día, el dinero paga el alquiler y los comestibles, pero también lo ayuda a disfrutar de sus experiencias cotidianas y a crear grandes recuerdos que recordará para siempre. Intenta no negarte eso, porque te lo mereces.