Cuando Liz y su esposo completaron la renovación de su cocina, todavía no podían ponerse de acuerdo sobre si agregar una isla o no. Liza era fanática de la idea, pero su esposo estaba preocupado por abrumar su espacio. Después de meses de debate y recientes experiencias entretenidas, Liz decidió tomar el toro por los cuernos.
Una vez que Liz comenzó a buscar una isla con las medidas adecuadas para su cocina, se dio cuenta de que un tamaño tan específico podría requerir una solución personalizada. Después de decidir que su única opción era una solución de bricolaje, ella y su madre visitante recogieron una mesa de sofá cuando compraron para servir como la base de su nueva isla. La pieza que encontró era del ancho y largo correctos, pero era unas pulgadas más corta de lo que necesitaba para un espacio de trabajo funcional.
A Liz se le ocurrieron dos formas creativas de personalizar su mesa para satisfacer mejor sus necesidades: agregó patas de madera más altas y una encimera gruesa de bloque de carnicero para agregar las pulgadas necesarias. El resultado final es una gran solución compacta que agrega un espacio de trabajo útil sin afectar negativamente el aspecto de la cocina en su conjunto. En cuanto al esposo de Liz, él es un gran admirador del nuevo acuerdo, ¡al igual que su hija pequeña que ahora tiene un espacio completamente nuevo para guardar algunos juguetes!