He vivido en París durante unos seis meses, que es lo suficientemente largo como para acostumbrarme y apreciar un diferente estilo de vida y también lo suficientemente largo como para que la novedad de ciertas diferencias se haya desgastado por completo apagado. Una de esas diferencias entre mi vida en Chicago y mi vida en París es mi pequeña nevera.
El otoño pasado, después de llegar por primera vez a mis nuevas y acogedoras excavaciones en París, escribí sobre electrodomésticos que ahorran espacio después de inspirarme en el horno-lavavajillas combinado de mi propia cocina. La novedad de este genio aún no ha desaparecido, pero yo a.m cansarse terriblemente de mi pequeño refrigerador debajo del mostrador!
Por lo que puedo decir, hay dos beneficios obvios de la nevera debajo del mostrador: son eficientes tanto en espacio como en energía. Todo esto está muy bien, y si le falta cualquiera, este tipo de refrigerador es perfecto (y seamos honestos, solamente) elección.
Sin embargo, los problemas con una nevera pequeña son muchos. Primero, debe comprar, no solo recetas especiales, sino también productos básicos como la leche, por lo menos cada dos días. Si vives en un lugar como París, esto es bastante fácil y al principio puede parecer bastante encantador prospecto, pero eventualmente te escucharás decir, "¿no acabo de comprar leche?" porque, por supuesto, tú ¡hizo!
Segundo, digamos que haces algo como una lasaña para la cena: no hay lugar para poner una cacerola gigante llena de sobras. Y olvidar sobre tratar de hacer algo por adelantado y ponerlo en el congelador!
Finalmente, si tiene alguna discapacidad física, diga una mala espalda o, en mi caso, un bulto de bebé floreciente, llegar a todos menos al estante superior del refrigerador puede ser un problema. mayor desafío, haciendo que una situación ya limitada sea aún más limitante.
Entonces, ahora que me he quejado lo suficiente, ya sabes cómo yo siente acerca de mi pequeña nevera! Ahora quiero saber que tú pensar. ¿Amas tu pequeña nevera? ¿Lo odias? Tengo especial curiosidad por saber de alguien que se redujo a un refrigerador más pequeño a propósito. ¡Dime lo que no estoy considerando!