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No hay atajos para ordenar. Mantener un hogar limpio requiere disciplina y trabajo duro, y tal vez solo una pequeña máxima motivadora. Necesita un principio que pueda llevar consigo mientras está ocupado llevando su desorden a la tarea de una habitación a otra.
Esta regla de uso diario le ayuda a reducir y clasificar exactamente lo que debe permanecer a la vista, permitiéndole delegar todo lo demás para encontrar un hogar fuera de la vista y fuera de la mente.
Aquí hay un ejemplo: ¿Sientes que tus mostradores se están llenando? Aplica la regla de oro. ¿El Keurig que ve acción dos veces cada mañana y la mayoría de las tardes? Eso se queda. ¿La batidora KitchenAid que se usa una vez al año para hacer galletas navideñas? A la despensa contigo. Adelgaza el frasco de utensilios que se desborda hasta las cosas que se acostumbran a preparar la cena todas las noches y guarda todo lo demás en un cajón. Pronto, su cocina se verá agradable, ordenada y sin desorden.
Puede llevar la regla de oro de una habitación a otra, limpiando todo tipo de superficies hasta que toda su casa se vea ordenada. Pruébelo, especialmente, en el dormitorio o en el baño, dos habitaciones que siempre parecen acumular desorden innecesario.