Los recién llegados a mi casa nunca pueden encontrar mis toallas de papel. Eso se debe a que están ocultos en la despensa, por lo que las toallas de tela y los trapos que tengo son la primera línea de defensa contra derrames y desorden que deben limpiarse. Así es como uso la tela e incluso cuando alcanzo una toalla de papel.
Yo uso un trapo para limpiar los mostradores de la cocina y la mesa. Para eso se usa todo este trapo (tiene su propio color especial) y se enjuaga entre cada uso y se cambia todos los días. Menos desperdicio, aún limpio y más resistente para la limpieza que una toalla de papel.
Tres toallas de tela también cuelgan en mi cocina: una en la puerta del horno para limpiar rápidamente la mano o agarrar manijas calientes mientras cocino, una por la rejilla para secar platos que es exclusiva para secar los platos si es necesario, y una en la puerta del gabinete debajo del fregadero para secar las manos limpias. Estos se cambian una vez por semana a menos que se ensucien antes. Obviamente, evitan que muchas, muchas toallas de papel se acostumbren y arrojen. Odio pagar por cosas que son esencialmente basura del futuro.
Alcanzo toallas de papel cuando tengo algo que limpiar en el piso porque no quiero limpiar el piso con el trapo que voy a usar para limpiar los mostradores y la mesa. (Aunque muchas veces un desastre del piso se limpiará con un trapo de limpieza más grande).
También uso toallas de papel para limpiar cualquier derrame que pueda propagar gérmenes como la Salmonella. Entonces, si estoy limpiando el huevo crudo derramado, usaré una toalla de papel, a menudo seguida de una toallita Lysol. (Las toallitas Lysol también se usan en los baños cuando estoy limpiando las partes más internas del inodoro).
También utilizo toallas de papel como un tipo de herramienta de cocina, cuando seco el pollo o limpio el borde de un tazón lleno para dar una presentación limpia, por ejemplo. No quiero tocar alimentos con nada sucio y, de nuevo, quiero evitar que los gérmenes crudos se propaguen por la cocina.