Todos lo hemos escuchado antes: pequeña pero poderosa, pequeña casa = gran estilo. Pero, en este pequeño aturdidor, todo se trataba de que el estilo de vida tuviera prioridad sobre cada decisión de diseño, lo que dejó a este habitante de la ciudad incluso renunciando a un sofá convencional. El apartamento de Williamsburg perteneciente a Sarah Ashley Schiear, chef y fundador de Casa de la sal, es una fuerte lección de estilo y función transmitida en solo 635 pies cuadrados. Para Sarah, mantener sus prioridades en la mente y no dejar que su espacio dicte lo que funcionó para ella realmente obtuvo resultados hermosos. Analicemos sus notas de diseño.
Para Sarah, la vida se centra en el área de la cocina, el comedor y el bar. Entonces, al armar su pequeño palacio, era importante priorizar esos aspectos. Con demasiada frecuencia, tendemos a quedarnos atrapados en un plano de lo que creemos que debe reflejar un espacio en lugar de uno que funcione mejor para nuestro estilo de vida. Sarah se hizo grande en las áreas que la hicieron exitosa, aquellas relacionadas con la comida, los cócteles y el entretenimiento, y no dejó que una pequeña huella la definiera.
Usando su forma de arte como punto focal, Sarah mostró hábilmente su conjunto de ollas de cobre. Esto lo convierte en una pantalla interesante y proporciona un fácil acceso para el chef.
Al emplear una gran cantidad de estanterías abiertas (¡como esa barra de vino de bricolaje!), El espacio parece aireado en lugar de encerrado debido a la imposición de gabinetes o puertas. En su cocina, donde ella hace tienen algunas puertas de gabinetes, los frentes de vidrio mantienen las cosas visualmente livianas.
Cuando se trataba de diseñar el bar, toda la pared sirvió como el paisaje perfecto para que Sarah exhibiera sus vastas colecciones de copas, juegos de té y acentos divertidos. Ella optó por ponerse audaz en el espacio con un patrón gráfico de rayas en blanco y negro y más estantes flotantes. El patrón agrega interés para el ojo y crea un gran drama en un espacio pequeño.
A la vuelta de la esquina hay una pequeña barra de acrílico que está perfectamente repleta de todos tus accesorios de cóctel necesarios. Es una sacudida la estrella destacada en esta viñeta: el retrato de Brigitte Bardot o el acentos de cobre del moderno carro de barra ligera como el aire que le da a todo lo demás la oportunidad de pararse ¿fuera? Ambos son fabulosos.