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¿Podría tu casa estar oliendo un poco... err... madura ahora mismo sin que te des cuenta? Evidentemente, la respuesta es sí. Resulta que la "ceguera nasal" o la adaptación sensorial es algo real y aquí está la razón fascinante por la que existe.
Según un excelente artículo en Ciencia de nosotros, nuestras narices son en realidad herramientas muy inteligentes que permiten que nuestros cerebros recopilen información sobre el mundo que nos rodea. Cuando un olor ingresa a su nariz, envía una señal a su cerebro para que se identifique. Si su cerebro decide que el olor no es una amenaza, entonces no necesita gastar más energía en ese problema en particular y los receptores de olor de la nariz comienzan a apagarse.
La psicóloga cognitiva Pamela Dalton dice que todo esto sucede muy rápido, en aproximadamente dos respiraciones. Es por eso que percibirás un olor más fuerte de inmediato y eventualmente, en absoluto. Este fenómeno es sin duda un vestigio de nuestros antepasados que necesitaban poder discernir cambios sutiles de olor en su entorno como medida de seguridad.
Cuando se trata de su hogar, es probable que no haya ninguno malo huele (como es de esperar que haya cuidado de ellos cuando los haya notado), pero cada hogar tiene un olor único que sus residentes han dejado de identificar desde hace mucho tiempo. Dalton dice: "La gente se va de vacaciones y regresa y dice:" Oh, es tan rancio aquí, mejor abro algunos ¡ventanas! '", pero ese olor a humedad está siempre presente, simplemente lo notas porque has estado lejos.
No hay mucho que hacer con este rasgo evolutivo particular; parece que estamos más o menos atrapados con eso. Curiosamente, es preocupante que su espacio puede oler, lo que en realidad podría hacer Menos nariz ciega porque está vinculada al miedo. Dalton descubrió que las personas que asociaban olores con sentimientos negativos hacia algo se adaptaban más lentamente. Solo otro rasgo peculiar en nuestros cerebros grandes y malos.