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No me considero alguien que se jacta de sus logros o logros más orgullosos a menudo, pero si hay algo que presumo es su capacidad para empacar una maleta de mano en lugar de revisar una bolsa. De hecho, mi objetivo personal es nunca volver a registrar una maleta en un avión si puedo evitarlo. Esto no se debe a que soy minimalista (ni mucho menos), sino simplemente porque hay un tipo extraño de satisfacción que proviene de colocar una cierta cantidad de cosas en una pequeña maleta. Siempre es un desafío, especialmente si el viaje dura más de una semana más o menos, pero también siempre vale la pena. Y, oye, existe el beneficio adicional del hecho de que nunca, jamás, una aerolínea ha perdido mi equipaje.
La estrategia parte de empacar todos los artículos imprescindibles para tus vacaciones (y algunas cosas que siempre empacas pero nunca terminas usar de todos modos (mirándote, tacones altos) en una pequeña maleta es probablemente la razón por la que me parece particularmente gratificante, aunque. Me encanta empacar cubos y trucos que ahorran espacio y me encanta ir de viaje y saber
exactamente lo que voy a usar todos los días. ¿Una cosa que no amo? Tener que guardar toda mi ropa en una vieja maleta a menudo mohosa.Sin embargo, lo que es aún peor que una maleta vieja y maloliente es tener que empacar ropa limpia con ropa sucia, como sucede a menudo cuando se viaja en varios lugares. No hace falta decir que todo termina oliendo un poco menos que fresco. Afortunadamente, sin embargo, recientemente descubrí una solución para todo esto que no cuesta casi nada (es como $ 4 por más de un centenar de ellos) y probablemente se puede encontrar en su propia lavandería: Hojas para la secadora.
Cada vez que empaco un equipaje de mano, trato de recordar empacar un puñado de sábanas de la secadora en mi maleta junto con todos mis otros elementos esenciales. Alineo mi maleta con ellos si intento mantener todo lo más fresco posible cuando aterrizo. Traigo extras para guardar en mi bolsa de ropa sucia al final de un viaje (o en el medio si se detiene en varios destinos). Los pongo en zapatos o botas que son un poco malolientes. Prácticamente no ocupan espacio y huelen increíble, por lo que es un ganar-ganar.
Tiendo a no llevar ropa de ejercicio o zapatos de vacaciones (me conozco demasiado bien para esto), pero si lo hace, las sábanas de la secadora serían el antídoto perfecto para la ropa, los zapatos o los calcetines malolientes. Si bien siempre sugiero traer múltiples bolsas de lona separadas u otras bolsas reutilizables y lavables en los viajes a separe la ropa sucia de la limpia, a veces esto no es suficiente para que las cosas huelan como si acabaran de salir del secadora.
Aunque felizmente discutiría con nadie que llevar una maleta de mano siempre es el camino a seguir, admito que este truco para sábanas de la secadora también funcionaría con equipaje facturado de tamaño completo.