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1. No seas tímido.
Cuando regrese un regalo navideño, asegúrese de presentarlo con el máximo estilo y entusiasmo. El hecho de que estés cambiando no significa que debas encogerte y
doblar la rodilla. ¡Estar de pie!
2. No te preocupes por que te atrapen.
Todos vuelven. Nunca se envió a nadie a Alcatraz para regalar esos guantes de ganchillo a la persona que los creó en primer lugar, es decir, la abuela.
3. No te preocupes por el género.
La gente se obsesiona con el cambio de género específico. La realidad es que a algunas chicas les encantaría un puñado de entradas de los Knicks y algunos chicos no quieren nada más que una caja de velas perfumadas de Cire Trudon. ¡Mezclar!
4. No seas idiota
Si un amigo está tratando de "perder el peso del bebé", entonces puede que no sea la mejor idea devolverle el cubo de diez galones de anacardos de yuletide confitados cubiertos de chocolate.
5. No lo tuerzas.
Si el destinatario odia el cambio, siempre puede volver a hacerlo. Ahh! La magia del regreso.
Esta pieza apareció originalmente en Townandcountrymag.com
Desde:Town & Country US