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Lo que está sucediendo es una pequeña falta de comunicación entre las especies. Los perros no entienden la ira humana. Lo temen (piensan en orinar sumiso), lo ignoran (piensan en adolescentes) o se aceleran con eso, lo que solo los vuelve más salvajes (su situación). Para detener la locura de la cena, tome el control de la situación antes de que se descomponga. Enseñarle a su perro un comando de "bajar / esperar" en una esquina de la cocina (en una cómoda cama para perros) le permitirá estar en la habitación durante la cena pero no ser un invitado no deseado en la mesa. Inicialmente, el entrenamiento debe llevarse a cabo en un área tranquila y libre de distracciones, no a la hora de la comida, para que pueda concentrarse en la lección en cuestión. Entrenarla durante la cena es el equivalente a enseñarle a su hijo modales en la mesa en su cena festiva. Dado que el proceso de enseñarle esos comandos tomará un poco de tiempo, mientras tanto, es posible que desee mantener una correa de seis pies unida a su collar de hebilla mientras está con usted durante las comidas. De esa manera, si ella comienza a correr, puedes pisar fácilmente la correa y recuperar el control. Entrenarla para que haga lo correcto en lugar de gritarla y perseguirla por hacer lo incorrecto asegurará que ambos tengan una relación más feliz y una cena más tranquila.